En el entorno de interacción persona-ordenador, la interfaz (o interfaz de usuario) es lo que permite que la interacción entre persona y ordenador ocurra. Su correcto desarrollo es de vital importancia para la aceptación por las personas que lo van a utilizar, si no está acompañado por una buena interfaz no será del agrado de los usuarios.
Se tiene que asegurar de que el proceso de interacción se puede efectuar de manera fácil e intuitiva y que la persona o usuario, puede acceder a la información o ejecutar las acciones que desea, de la manera más simple posible.
Las diferencias entre UX y UI son bastante abismales. Mientras que la interfaz de usuario es la parte del producto que se enfrenta a la visita cuando mira el sitio, la experiencia de usuario es cómo se sienten cuando miran dicho sitio.
Haciendo una analogía metafórica con la equitación, el diseño de interfaz es la silla de montar, los estribos y las riendas para frenar al caballo; mientras que la experiencia de usuario es la sensación placentera de montar sobre su porte y galopar con una admirable sincopada.
¿Hasta qué punto un diseño bien disruptivo puede marcar el éxito o el fracaso de un sitio? Pues bien, a simple vista una página muy impactante, con grandes módulos visuales y botones bien destacados puede parecer lo correcto, pero lo cierto es que si están desordenados, si no se entiende su lógica y encima no llevan a las categorías correctas, no hará más que generar una interacción decepcionante.
La interfaz de usuario es uno de los elementos que componen la UX y su aporte principal es que ayuda a navegar por la página fácilmente. Incluye todos los elementos que te permiten interactuar con un dispositivo como los elementos visuales, botones e iconos.
Las personas se mueven por objetivos. En cada momento tienen algo en mente que deben hacer, y cuando utilizan tu aplicación o sitio web ocurre lo mismo. Generalmente, cuanto menos esfuerzo cueste lograr este objetivo, mejor será la experiencia. Por ello, no marees a tu usuario por el camino ofreciéndole cosas que no necesita.
Aunque ya existían móviles sin botones físicos, hay muchas interacciones con un dispositivo móvil que están basadas en gestos. Como consecuencia, los diseñadores tendremos que prestar más atención a los gestos, y los problemas de usabilidad que pueden surgir en base a la capacidad de descubrimiento y el aprendizaje. Las animaciones mediante micro-interacciones, permitirán guiar al usuario para detectar qué interacciones están disponibles.
Un buen contenido, enfocado y de fácil lectura es lo que hace que una aplicación móvil sea atractiva para sus usuarios previstos. Textos sencillos y rápidos de leer, ayudan en la eficacia de un buen interfaz para un producto digital dirigido a dispositivos móviles.
Los móviles sin marco ofrecen más pantalla al usuario por lo que hay que aprovechar ese espacio. Esto conlleva que la calidad de lo mostrado tendrá un impacto directo en las expectativas de los usuarios, por lo que se debe cuidar con detalle las imágenes y vídeos se muestran.
Más negocios empiezan a atreverse a aprovechar la geolocalización y proporcionar contenido relevante en función de la ubicación del usuario.